Esta obra pretende profundizar en experiencias fundamentales de la condición humana, como las emociones, el duelo, la conciencia y la espiritualidad, y la relación intrínseca de todo ello con la naturaleza. Es un diálogo entre la sombra y la luz propias. Más bien es un elogio a la sombra, puesto que la sombra es nuestra identidad. Si la sombra desaparece, nos desvanecemos con ella. Citando a Carl. G. Jung “ Nadie se ilumina fantaseando figuras de luz, si no haciendo consciente su oscuridad.”
La sombra, junto con el reflejo en el agua, fue la más antigua imagen que el ser humano contempló de sí mismo. Así que en esta obra también hay agua, fuego y aire, como elementos transformadores. Hay luz y duelo. Lo que no habrá serán respuestas, solo preguntas. Debemos preguntar a las sombras, debemos exponernos a la luz. Es difícil mirar a la sombra, pero lo es más aún mirar a la luz directamente.